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“Echemos por tierra el mito de que el chico superdotado es aislado, deprimido y nerd” La Citadina

  • jueves, 5 de enero de 2017

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Por Dolores de Arteaga

Horacio Paiva (51), neuropsicólogo infantil, es un referente en Uruguay en cuanto a superdotación y altas capacidades nos referimos. Es el coordinador de Superdotación, talento y creatividad, consultorio en el cual trabaja con un equipo interdisciplinario que atiende a niños y adolescentes con altas capacidades intelectuales, en un 90 % a iniciativa de los padres.

Trabajar con niños con déficit de atención con hiperactividad es a lo que Horacio Paiva se ha dedicado fundamentalmente a lo largo de su vida profesional. En ese camino se dio cuenta que muchos de los chicos que llegaban a su consultorio presentaban la sintomatología de un trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, pero en realidad solo se comportaban como tal: “Son chicos que reciben un desafío cognitivo absolutamente pobre de parte de la institución académica a la que asisten, para el potencial que ellos tienen. Ahí es cuando comienzan a no poder comportarse como los maestros esperan, reaccionando según su personalidad, algunos con un perfil hiperquinético e impulsivo, otros con un perfil más depresivo, con problemas de aprendizaje, etcétera.”, comenta Horacio con un rictus de preocupación digno de una persona comprometida en cuerpo y alma con una causa que no está incluida en el sistema educativo de nuestro país. Y agrega: “Allí hay una deficiencia específica que hay que atender, contemplar, considerar y tratar.” Menuda tarea para un país donde el tema Educación no se aborda a nivel parlamentario desde un punto de vista integral.

Es un orgullo que Uruguay cuente con un profesional como Horacio Paiva. Un placer escucharlo hablar. Tan sólido, competente, claro, con un gran amor por lo que hace, y poniendo siempre al niño y al adolescente en primer lugar. Esperemos que no se canse de luchar contra la corriente, porque hay mucho por hacer…

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“Algunos chicos nos cuentan en el consultorio que van más despacio porque si no la maestra se enoja”

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Dolores: Superdotación y altas capacidades intelectuales. ¿Cuál es la diferencia de términos?

Horacio Paiva: Altas capacidades intelectuales se refiere a un porcentaje de personas que tiene talentos especialmente desarrollados en una o en algunas áreas específicas (dos o tres). Eso quiere decir que son personas que tienen un rendimiento muy por encima de la media poblacional en relación a su edad, en esas áreas específicas, por ejemplo: matemáticas, lenguaje, deporte, música, etcétera. Sin embargo cuando hablamos de superdotación o sobredotación, nos referimos a una situación donde cuantitativamente la amplitud es mucho mayor y es una persona notablemente destacada en todos los campos.

D: ¿De qué porcentaje poblacional estamos hablando?

HP: Se estima que a nivel mundial entre el 2 y el 3 % de la población tiene altas capacidades intelectuales, tengan la edad que tengan. En Uruguay, con tres millones de habitantes, y tomando como referencia la población de entre los 2 y los 18 o 19 años, calculemos que siendo pesimistas y partiendo del 2 %, estamos hablando de 20.000 personas con altas capacidades intelectuales, imaginemos la tribuna olímpica del estadio Centenario llena. En cuanto a la sobredotación ahí sí el porcentaje baja y sería probablemente inferior al 1%, estamos hablando del 0.5, 0.6; en Uruguay serían unos 15.000 aproximadamente.

D: Son muchos, ¿dónde están?

HP: Hay algunas personas detectadas y otras están destacándose sin saberlo en distintas áreas de desempeño. Teniendo capacidades muy bien desarrolladas en múltiples aéreas, quizás ponen en práctica solo algunas. Otras personas lamentablemente tienen una presentación paradojalmente opuesta, mostrando dificultades en el desempeño profesional académico, por ejemplo: chicos con problemas de aprendizaje y comportamiento.

D: ¿Y por qué se presentan paradojalmente como niños con dificultades de aprendizaje?

HP: Son niños que no sienten la adecuada continencia a sus necesidades educativas. Y tienen varias salidas, por ejemplo: se pueden esconder y rendir de acuerdo a una velocidad, o sea se hacen más mediocres o inclusive pueden llegar al otro extremo de presentarse como un chico con dificultades de aprendizaje, porque está en un medio donde los que tienen cierta dificultad son más atendidos por la maestra y se les da más importancia, más afecto, más atención, se les dedica más tiempo. En la mayoría de los casos son mecanismos de defensa. Hay algunos que nos cuentan en el consultorio que van más despacio porque si no la maestra se enoja. Otros chicos no lo pueden hacer.

Un niño con altas capacidades intelectuales siente que se le está exigiendo muy por debajo de sus posibilidades, se aburre terriblemente, y por lo tanto como es un niño reacciona como niño y no con la madurez de un adulto. Por eso puede tener manifestaciones como si fuera un chico con déficit atencional, síndrome hiperquinético con trastornos de comportamiento. Esto se debe a que no hay una adecuada estrategia de detección. Entonces las personas van resolviendo naturalmente las cosas como pueden, según la familia que les haya tocado en suerte y el apoyo que reciban en la escuela y, sobre todo, de la maestra o profesores que la vida les haya deparado. Estamos hablando de niños que por más inteligentes o superdotados que sean, son niños y no van a dejar de serlo, siguen necesitando de la continencia de la organización y soporte afectivo y social de los adultos. A veces los docentes ven al chico como un problema que les complica la vida cotidiana; son chicos que pueden hacer preguntas “incómodas”.

D: ¿Qué tipo de preguntas pueden incomodar a un docente?

HP: Cuestionando lo que la maestra o profesor está dando o haciendo. Preguntas que la maestra no sabe responder porque no está en su acervo académico y cultural. En muchos casos suelen sentirse amenazadas por estos chicos porque cuestionan el lugar del saber, y si el docente solo se va a sentir valioso desde su lugar del supuesto saber, lo toma mal. No siempre el docente está dispuesto a confesar su ignorancia en ese aspecto y a orientar al niño en una búsqueda conjunta de información, que yo pienso es una tarea fundamental del docente.

D: Se habla de las discapacidades y rara vez de las sobrecapacidades.

HP: Ambos polos son dos circunstancias que deben ser especialmente atendidas, dentro de un sistema educativo normal.

D: ¿Y por qué no son atendidas correctamente?

HP: En mi opinión hay una deficiencia en la formación docente que no les permite tener los lentes adecuados para ver a este tipo de chicos. El docente tiene que ver eso no en base a intuición, sino a formación, y hay que estudiar mucho para poder verlo y decir que tal alumno puede llegar a presentar ciertas capacidades intelectuales altas. Hagamos que un equipo especializado lo evalúe y que lo pueda apoyar y generar dispositivos que potencien y mejoren sus capacidades. Ocuparse de estos chicos es considerado por muchos como algo elitista. Es un error conceptual que tienen. Ese chico tiene también derechos humanos en este mundo, tiene el derecho a recibir la educación según sus posibilidades. Estamos hablando de los derechos del mundo que asume nuestro país frente a instituciones internacionales.

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“En nuestro país hay un desperdicio absoluto del recurso más valioso que tiene la sociedad, que es el recurso humano”

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D: Si uno no evalúa y trata a tiempo a la persona, ¿igual sigue manteniendo las altas capacidades el resto de su vida?

HP: Es una pregunta conceptualmente muy importante, porque si uno va a ser preciso con los términos que está utilizando, el diagnóstico o la consideración de las altas capacidades intelectuales debería hacerse a partir de los 13 o 14 años de la persona, cuando ya ha logrado una madurez de su sistema nervioso y una serie de estructuras… No sería estrictamente correcto desde el punto de vista teórico hacer un diagnóstico o una apreciación de altas capacidades intelectuales en chicos menores de esa edad. Esto no quiere decir que uno tenga que esperar hasta los 14 años para tomar medidas, eso sería un error bravísimo porque hundo y desperdicio un talento que viene con un muy buen desarrollo.

El nivel intelectual de una persona varía, no es algo estático o congelado, sobre todo cuando hablamos de chicos que están en los extremos de la población, niveles muy buenos o niveles muy malos. Son los que están más sensibles a variaciones significativas a lo largo del tiempo, va a depender de lo que hagamos o no.

D: ¿Cómo se evalúa la alta capacidad intelectual?

HP: No se hace solo con la aplicación de un test de inteligencia, que sería como hacer un diagnóstico a ciegas; hay que conocer a la persona en todos sus aspectos.

D: ¿En qué pilares se basa la alta capacidad?

HP: La alta capacidad intelectual se compone, según un autor de apellido Renzulli, quien es una referencia en este tema, de por lo menos tres pilares fundamentales: el nivel intelectual, que se puede medir con un buen test de inteligencia; una buena apreciación clínica de lo que va logrando en su vida, y de los aprovechamientos académicos. Pero hay dos pilares más que son tan importantes como estos, y en general son olvidados: por un lado la creatividad, y por otro lado la motivación. La motivación la coloca más en el polo de lo afectivo, porque como su nombre lo indica tiene que ver con el movimiento, con la direccionalidad de la energía psíquica hacia un fin determinado, y con la persistencia. Estar motivado quiere decir que la persona es curiosa, que le interesa profundizar sobre los temas y no se queda solo con sus titulares. Para decir que una persona tiene altas capacidades intelectuales, la creatividad tiene que ir de la mano de la motivación. La creatividad, como decía Einstein: “Es la inteligencia divirtiéndose.” Algo así como la posibilidad de encontrar soluciones nuevas a los problemas, ser creativos es plantear cuestiones novedosas que tengan una productividad, que tengan un sentido, un aporte en la disciplina que me estoy desarrollando o que quiero desarrollar.

D: ¿Las altas capacidades se heredan genéticamente?

HP: Las altas capacidades intelectuales van a depender de dos vertientes. La maduración, que depende de una cierta carga genética, una predisposición a desarrollar determinadas condiciones, y el aprendizaje que depende de lo ambiental. Lo genético no es un mandato, hay que desmitificar esto. Por ejemplo: Mozart fue un genio de la música, pero lo que no se sabe es que su padre era un violinista excelente; ¿y si el padre de Mozart hubiera sido otra cosa? Nadie sabe qué hubiera pasado con Mozart. El ambiente y el aprendizaje es lo más importante de todo. El espíritu reflexivo, el argumentar, el pensar.

D: ¿Qué se hace una vez que la evaluación arroja “altas capacidades”?

HP: A grandes rasgos en una evaluación se puede ver un perfil de desempeño general y de su personalidad, donde se contemplan los aspectos cognitivos, los vinculados a la creatividad, los aprovechamientos académicos, lo actitudinal; todo dentro de un aspecto familiar y comunitario. A partir de ahí decimos que para ese chico habría que hacer determinada estrategia psicopedagógica, por ejemplo lo que nosotros llamamos “programa de enriquecimiento curricular”, que significa no darle más de lo mismo, sino hacerle una propuesta cualitativamente diferente, más desafiante y ajustada a su perfil peculiar de personalidad y estilo de aprendizaje. Debe estar en conjunto solidario con la institución educativa, porque si la institución y la maestra en particular no se solidarizan con este planteo, no tiene salida.

D: ¿Y si no se trata de un niño cursando primaria, sino de un liceal?

HP: De pronto se puede empezar a trabajar con uno o dos profesores, y tal vez después se pueda ampliar. Cada estrategia se diseña para cada muchacho, no tenemos en este momento dos planes de trabajo iguales.

D: Características de niños superdotados o con altas capacidades…

HP: La precocidad, tienen un sentido del humor y una capacidad de reírse, una sutileza… Por lo tanto echemos por tierra el mito de que el chico superdotado es aislado, triste y deprimido, y que lo único que quiere hacer es estudiar todo el día. Y justamente tienen tanta facilidad que no necesitan pasar horas estudiando. El llamarlos nerd es un mito totalmente hostil y denigrante para las personas con alta capacidad intelectual; por el contrario son personas solidarias, sociales, muy libres, y tienen una cantidad enorme de virtudes que lo vinculan a lo social, al cuidado del ambiente, al sentido de la justicia. Lejos de ser insensibles. Se cuestionan todas esas cosas que los niños comunes y corrientes no lo hacen.

D: ¿Cómo se trata el tema en otras sociedades más avanzadas?

HP: En nuestro país hay un desperdicio absoluto del recurso más valioso que tiene la sociedad, que es el recurso humano. No es Aratirí, no es una mina de diamante que puede aparecer en Artigas, sino que estamos hablando de personas. Otras sociedades más avanzadas que nosotros están trabajando en ello desde hace unos 80 a 100 años, captando a los ciudadanos con altas capacidades y ayudándolos a desarrollar todas sus potencialidades; y luego toda la sociedad se beneficia de sus altas capacidades.

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“En nuestro país no les estamos ofreciendo a los niños con altas capacidades la ayuda que necesitan, no les estamos dando ninguna oportunidad para que el día de mañana sean adultos que salgan de esos lugares deficitarios y sean referentes en su comunidad. Esta sociedad está perdiendo líderes.”

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D: ¿Estos chicos se encuentran en todas las clases sociales?

HP: Sí. Están en todos los niveles socioculturales de la sociedad y por tanto de nuestro país. Por ejemplo, una persona con altas capacidades que crece en un asentamiento, puede ser que luche y logre salir adelante, pero también puede volcarse a una actividad socialmente no aceptada como la delincuencia. La inteligencia se aplica a lo que se entiende que es valioso en el medio en el cual uno se mueve; una cosa es ser inteligente en Manhattan y otra es serlo en el África Subsahariana, donde voy a necesitar de otras habilidades y virtudes. Entonces en nuestro país, a esos niños que están más necesitados no les estamos ofreciendo la ayuda que necesitan, no le estamos dando ninguna oportunidad para que el día de mañana sean adultos que salgan de esos lugares deficitarios y sean referentes en su comunidad. Esta sociedad está perdiendo los líderes de esas comunidades, porque no les están dado la oportunidad de serlo.

D: ¿Presentaste carta al Parlamento?

HP: No soy yo el que tiene que hacer eso. Si me llaman para dar mi opinión, así lo voy a hacer.

D: ¿Por qué las consultas surgen mayoritariamente por iniciativa de los padres?

HP: Los padres tienen el ojo clínico adecuado para la atención de sus hijos. Muy pocas veces hemos visto que los padres se equivoquen.

D: ¿Desde cuándo se puede uno dar cuenta que su hijo tiene altas capacidades?

HP: Desde recién nacido. Tal vez algo llame la atención en aquél momento, pero luego ocurran otras precocidades que también nos hagan ruido y resignifiquen aquél acontecimiento.

D: ¿Cómo es convivir con un chico con altas capacidades?

HP: Yo te diría que es apasionante. Pero también va a depender de cómo sea yo como adulto, y si no voy a vivirlo como una pesadilla por todas las preguntas que me hace.

D: Para terminar…

HP: Estoy interesado en que este tema se desarrolle y se difunda. Si hay algo que le pongo a las cosas es muchas ganas, pero esta es una tarea dura.